Cómo proteger tu energía sin cerrarte al mundo

El equilibrio entre abrir y proteger

A veces sentimos que necesitamos protegernos porque el entorno nos abruma, las personas nos drenan o las emociones ajenas se nos pegan.

Pero proteger no significa endurecerse o aislarse: significa aprender a sostener tu propia luz sin perderla entre los demás.

3 formas de proteger tu energía cada día

1. Intención consciente al comenzar el día

Antes de salir o conectarte con otras personas, respira profundo y repite:

Mi energía está en equilibrio. Solo vibro en amor y claridad.

Este pequeño gesto ordena tu campo energético y establece un límite sutil pero firme.

2. Limpieza con ejercicio de imaginería después de días intensos

Pasa tus manos a pocos centímetros del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, como si sacudieras polvo invisible.

Imagina que todo lo denso se disuelve mientras te envuelves en una luz color violeta intensa.

Puedes acompañarlo con un sahumo de salvia, copal o romero.

3. Conexión con la naturaleza

Caminar descalzo, tocar un árbol o mirar el cielo restablece la frecuencia natural de tu energía.

La Tierra te limpia, el aire te libera y la luz te recarga.

Proteger también es amarte

No necesitas cerrar tu corazón para cuidarte.

La verdadera protección nace de la presencia y la conciencia, no del miedo.

Cuando tu energía está en armonía, lo externo ya no invade: solo refleja tu equilibrio interno.

“La mejor protección es vibrar tan alto que lo que no te pertenece se disuelva antes de tocarte.”

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Si estás en un proceso de reconexión, te invito a explorar la guía “Los 5 Nudos de tu Energía”, una herramienta para observar, comprender y liberar bloqueos energéticos desde el amor y la conciencia.